viernes, 26 de septiembre de 2008

La empatía del volao



Varias veces he mencionado la palabra empatía,
y he contado historias que se basan en la existencia o no de ella,
en otras ocasiones la he pedido también.

La empatía me la enseñó mi profe de matemáticas de básica
(claramente nada que ver con matemáticas,
pero en una clase de esas que si te dejan algo).

La definición es algo así:
"es la identificación mental y afectiva
de una persona con el estado de ánimo de otra"
corta.

Hecha la introducción del caso,
hablaré de la empatía del volao...
No kreo ke sea necesario definir el segundo término.


...


Era un viernes,
casi medianoche,
íbamos la sole y yo en una micro
con destino a bellavista a pasar un buen rato.

Nos subimos en estación central,
y han cachao que las micros tienen una clientela
bastante especial en los días de carrete a la hora del carrete?
te encontray de todo,
gente en grupo muy bulliciosa,
tomando, todos se ríen,
y si ya es muy de madrugada incluso
puede subir un doble de los Beatles
y hacer cantar y aplaudir a la micro entera (cierto Pedrito?).

En fin, uno sabe que se encontrará con cosas extrañas,
divertidas y hasta peligrosas
y que la gente no anda con el mismo animo ni con los mismos fines
que a las tres de la tarde.

Estábamos con la sole en la mitad
de una cuncuna del transantiago,
yo estaba agarrada del fierro
y hablábamos de no se qué.

Al frente de nosotras iba una pareja meta tirando,
mas allá un grupo de gente de negro muy ruda,
al fondo de la micro estaban tomando en vasos plásticos.
Todo muy acorde al contexto de una micro kon ese destino y ese horario.

De repente siento que me tocan uno de mis dedos
de la mano con que estaba agarrada al fierro,
de hecho no fue un dedo, me tocaron con la punta del dedo,
una de mis uñas.

Me di vuelta por reflejo
y vi a un hombre de unos veintisiete muy gordo
y con la vista pegada en mis dedos.
Cuando se dio cuenta que lo estaba mirando,
se asustó y se puso nervioso deshaciéndose en explicaciones:

- Disculpa! disculpa oye, porfa, es que no se!
el color de tus uñas... es como no se,
me llamo mucho la atención y quería tocarlas,
y las toqué, chucha perdón flaca,
en serio, disculpa.


Yo lo miré y al ver sus pupilas dilatadas,
ojos rojos y extraviados me sonreí,
no importa le dije y me di vuelta,
la Sole me miraba con cara de que no entendió nada.

Lo que pasó es que el hombre iba volao,
y en esas volás en que te pegas en las cosas,
cuando a las neuronas les cuesta hacer sinapsis
y divagan y se pegan y piensan tanto las cosas
mas sencillas y se vuelven complejas
y dignas de analizar durante todo el tiempo
que te acuerdes de lo que estabas analizando.

Quizás en que volá se fue con el color de mis uñas
que necesitaba imperiosamente tocarlas,
pero quien soy yo para decirle que no!
a tan inofensiva y curiosa volá?
nunca sabré lo que pensó,
pero si supe en que estado estaba
y que yo he estado así mismo
y que las volás son sagradas,
no se interrumpen, no se cuestionan,
se viven, se disfrutan, se comparten,
pero no se cortan,
no podría haberme enojado con el tipo gordito
que creyó que me enojaría.
Quizás alguien que no disfrute de ese vicio,
no lo hubiese entendido y si se hubiera molestado.

Horas más tarde Sole y yo estábamos
en el mismo estado que él bailando hueás
que ni una de las dos cachaba, en un lugar con gente
muy distinta a nosotras y nos daba lo mismo,
pero por lo menos nadie nos interrumpía
y al pensar en él más lo entendía.

La foto es de ese día... Con ese color de uñas.


Esa es la empatía del volao, practíquela si usté lo es, y si no, también :)




martes, 16 de septiembre de 2008

Tengo una razón

"...Yo quiero estar contigo mucho,
mucho,
mucho tiempo más...
Y no quiero que eso
un día te quite
tiempo de vida conmigo,
quiero cuidarte siempre
te quiero pa' mi pa' siempre mi amor..."

Con esa respuesta

no me quedó otra que abrazarlo,
aguantarme las lágrimas,
y pensar por primera vez
en cinco años
en dejar el cigarro...

Y en eso estoy,

Y es que nunca antes
tuve una razón
(y tan linda mahencima)
para querer vivir más tiempo y mejor,
Mi razón hoy eres tú...
pero no por ti,
por un nosotros.

Te amo.-

lunes, 8 de septiembre de 2008

Cualquier barrio

Calles desniveladas y estrechas,
hoyos, pasajes,
plazas con juegos de fierro y
pintura descascarada,
grifos rotos,
se respira gris y opaco,
casas que aunque tengan colores,
se ven viejas y sucias.

Ropa colgada en los antejardines,
la puerta principal abierta,
no para que los vean,
sino para siempre saber que pasa afuera...
Es importante estar alerta.
En verano la gente anda sin zapatos,
o sin polera en la calle,
es como un patio en común entre vecinos.
En cualquier época
la gente camina por la mitá e' la calle
no por las veredas,
cabroh chico mecha e' clavo corren y juegan
como si no hubiera un mañana,
hay tantos como perros vagabundos,
todos quiltros, todos a la vida.

Las señoras riegan la vereda
con lavaza de una fuente.
En los negocios,
máquinas tragamonedas llenas de vueltos de pan.
Pan...
Los letreros anuncian siempre y grande "pan",
como no!...
Comida pal desayuno, almuerzo y once.

En los letreros de los pasajes hay stickers
con un numero telefónico directo de carabineros,
es un celular de hecho.

De varias ventanas sale música,
se mezcla toda resultando una ensalada a la chilena;
harta cebolla, fuerte y sencilla.

Abundan los carritos "bajones";
papas fritas y completos, italianos y asses,
abiertos hasta muy tarde,
también hay bazares abiertos...
Y son las cuatro am,
para vender... Cartulina?

No hay discreción,
se grita,
se gritonea,
se silva,
se pega.

Todos se conocen con todos,
por antigüedad,
por copuchenteo,
por necesidad,
por peleas,
por parentesco,
por lo que sea,
pero siempre se sabe quien vive al lao',
al frente y en la cuadra de allá.


No falta la iglesia evangélica
con el dibujo de una paloma con un ramo de olivo.
afuera de ella un parcito tomando cerveza a las tres de la tarde,
un poco más allá otro que venía tomando de ayer a esa misma hora,
pero ese ya ni el meñique se puede.
En las noches hay unos que quedan sin moverse pa' siempre.