Inauguración

En este momento estoy sentada, con los pies en puntillas, con un buzo tres veces más grande que yo de color papel de algodón (este tono no existe, debe tener un nombre y bien lindo, pero como referencia es ese color en que viene envuelto el algodón), con dos polerones, abajo una polera, abajo otra, abajo el resto de mi.
El pelo sucio tomado en un moño de esos con los que uno no sale a la calle. Fonos gigantes soltando rap. Lo único decente son mis uñas hoy, tengo guantes sin dedos, perfectos pa' teclear de noche. Dos aros a la derecha y uno a la izquierda, calcetines polar de un rosa chillón. Rímel de ayer. Me duele la espalda y un diente. Me duele un poco el alma. Estoy asustada por un “acuéstate temprano” de una boca que ayer me odió y casi mató al perro, que hoy no me hablo y en cualquier momento vuelve. Si, atormentada. Soñé que ella reconocía algo que en realidad no tiene por que reconocer. Ese día no llega y creo que ya no lo espero tanto. Resigná. Todo cambió el día que no le contesté más, pa' qué. Abrir la puerta y hablar... pa' qué.

Así es este hoy y mañana no será igual.