lunes, 23 de noviembre de 2009

Rebelión II

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Estimadísimo Poeta:

Mi carta anterior tenía por motivo enrrostrarle que existo. No pensé que el epílogo de la novela sería el capítulo en que usted finalmente lo comprendería. Defíname ironía.

Después de semanas de interminables conversaciones, bellas canciones, infantiles dibujos, reveladores versos y encuentros sicóticos, aceptó la invitación sin yo invitarlo; compartió mis más tímidas sonrisas, descifró las verdades de mis miradas, recorrió las dunas de mi cuerpo y sucumbió al lenguaje de mis manos. Me trató como sólo podría hacerlo su sensibilidad. Jamás vi más devoción en otros ojos, más temor a enloquecer, más ahínco en recordar. Sus maneras de querer no las podría olvidar. Me recitó poesía mientras sus dedos tocaban melodías en mi espalda, bailamos a ritmo lento, cálido y torturante. Dijo no haberse sentido así en tanto tiempo, conteniendo decir nunca. ¡Me dijo que lo haría perder la cabeza! ¡Le dije que la perderíamos los dos! ¡Qué dónde estuve! ¡Qué si viniera el amor, el pronóstico anunciaría sufrir! ¡Me hizo sentir la musa más deseada y venerada del Olimpo!

Después de aquel día los versos aparecieron como muertos en guerra. Sentados escribiéndonos pasábamos las horas. Un día; una canción, un lujo de métrica y abstracciones, su obra maestra según usted. Me la regaló confesando no haber podido escribirla jamás sin haberme conocido. Por mí y para mí. Las historias de noche no me las mostró nunca. De mi pluma la tinta brotaba al papel sólo en honor a usted, le obsequiaba cada manchita mientras soñábamos viajes, planes y promesas.

Sin embargo el precio de casar a un dragón, y más encima celeste, se paga con fuego o a quemarropa. Pasó lo obvio; me enamoré de usted y su compañía fortuita. El platonismo se transgredió y la ambición de tenerlo en el día a día crecía noche a noche. Ambición que me hizo creer, desde el primer verso, ser mutua. Pero a usted... A usted le bastó. ¡Me apuñaló diciendo no necesitar nada más que saber que existo! y se abalanzó sobre el escritorio buscando un papel, mientras el puñal terminaba de entrar en mi pecho me lanzó un poema, lo tomé en el aire, lo puse en mi pecho intentando detener la hemorragia, pero no bastó... Se manchó hasta la inocencia.

Ni con cortesía me está pagando ¡Hoy sólo me habla para hacerme leer sus versos y yo aquí con un pulmón perforado apenas y respiro! Alega a su favor que todo es para mí ¡Todo, menos usted! Me volví víctima de mí misma, viviendo de quien me mata, matándome por vivirle. Renuncio. Anémica, no debo desangrarme de amor y menos de odio. Escríbame hasta donde le alcancen las proyecciones que hace de mí, después búsquese otra ninfa que le aguante sus delirios de cómodo ermitaño mediocre ¡Ah, pero qué torpe! ¡Había olvidado que usted tiene mujer! ¡Esa que ni quiere ni respeta, pero lo estabiliza! ¡Yo no, yo estoy tan loca como usted! ¡Dígale a ella que le inspire universos!.. ¿O fue justamente esa carencia lo que lo hizo venir hipnotizado aquí? ¡Su sirena se desescamó y vuestro mar se secó hace siglos! Sígale mintiendo, invéntele ríos, yo y el mío seguiremos mirando el Rosas, pero no en esa banca.

Esta carta sí es para regañarle. ¡Usted es un egoísta; conmigo y consigo mismo! ¡Sabe que juntos podríamos ser dioses con el poder que nos dió el invierno! ¡Mire lo que ha creado con sólo un paseo "celestial"! Me enerva su recelo a quebrar la fantasía que erigió sobre mí, y mayor es su miedo a corroborar que si soy una realidad no podría sino enamorarse más, tener que elegir y arriesgar. Y ya saben lo que dicen, quien no se arriesga no... No vale la pena. La justicia es mi piedra angular y nadie conoció esa virtud mejor que usted. Así que hoy hemos de morir; tome asiento, yo me encargo. Viviremos en nosotros sólo hasta que los recuerdos que tanto nos costó salvar se ahoguen y nosotros con ellos. Justo como no lo quiso usted; con estos ojos, estas cejas y muy gris.

Si decide volver y quedarse; búsqueme, aquí estaré un tiempo con mis profundidades. Olvidar ésta vez será trabajo y le ando sacando la vuelta. Vuelva si elige vivir de valentía, pero no le aseguro estar aún para usted. Poetas y marineros valerosos me rondan, no se crea el único que escucha mi canto... Aunque hoy sea el único que yo quisiera que me oyera hasta ensordecer.


Desapareciendo de su cama de papel,




María Antonieta.
Hoy, María Blanca.








(... Al Demonio.)
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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow. Es bastante gratificante leer algo con tanta atención y al ir terminando los párrafos incertarte de tal manera que te hes imposible salir.
Me re-encantó el texto noemí; nada que decir.
Escribe un libro que lo compro inmediatamente mujer!
Quiero ver ese bella cara con ese nuevo look, te debes ver bella, bueno like always.
Un beso y abrazo fuerte!

...

***Almas en Sonido*** dijo...

creo que es la forma las sutil de abrir un ciclo y dejar la puerta abierta para otros.... ojala elija la valentia el hombre... si es que todavia o alguna vez la tuvo...

oie escuchando tus temas creo que para esta ocasion el tema que viene con este tema es de javiera mena que la tienes ahi en tu musica y se llama "campo Adentro" me voy a olvidarte campo adentro niño (8) y si quieres y puedes baja el tema "buscome" de Bebe a mi ella me encanta... y veo que tenemos algo en comun que es la musica...
besos noe
adie

Anónimo dijo...

Papel ingrato y tinta garabato

Noemí dijo...

Sol de Invierno* Sí, ese el tema.

Rodrigo dijo...

ruda pero moviendo la cola
porque de amor no vive

Rodrigo dijo...

pero le gusta ser cleopatra
:O

SOY dijo...

Demonio 007??
=D besos
os quiero