miércoles, 28 de octubre de 2009

Celeste

Tu mirada al frente y yo por fin dándome permiso de atravesarla de acá hasta allá en rojo, ¡Qué caso había! Si la infracción de sólo estar allí y así, causaba y cubría todos los daños. Cuidado con las curvas.

La distancia que imponen tus cejas me era ya conocida cuando no me conocías, y ahora entiendo que se trata de altas cercas celosas custodiando ese par de palacios, con tantos rincones que me perdí por horas en umbrales de temor al entrar y de nostalgia al salir (te advertí que te extrañaría). Me paseé de la mano con el querer, el placer, la ansiedad y la sorpresa que habitaban, intentando no olvidar lo inolvidable que eran, tú hacías lo mismo.

La almohada, tus dedos bajando desde mis sienes estaban dibujados en ella cuando la conocí. Constaté entonces que mi visita fue concebida primero en los jardínes traseros, ahí, atrás de las cuencas y hace días, quizás semanas y quizás cuánto. Te contara yo.

Las palabras; los cimientos de este volátil y colorido nosotros, no lucían. Esta madrugada los pilares eran tus pupilas, que negras opacaban hasta al tragaluz, dirás otra cosa, pero no.

Qué de dónde salí yo, me preguntabas sonriendo, déjame creer que del propósito de que tengas esos ojos.




M. Antonieta.

1 comentario:

Hina Palitah dijo...

te dejo un pedazo mio esperando que me escuches y me entiendas cuando te miro feo por tus locuras, esta en especial te la celebro y ojalá no la olvides nunca.

Te doy 10 jumbitos por tener a elvis en la lista con esa wena canción.

un beso wapa, te comentaré más seguido.