sábado, 10 de octubre de 2009

Por esto escribo

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Mi abuelo me contó con total nitidez que su primer recuerdo lo remonta a sus seis años cuando a hurtadillas se levantaba al alba y subía un árbol gigantesco a comerse las peras más sabrosas. Al rato llegaba su abuelo al mismo árbol a recoger las que estaban en el suelo, él pequeño José Aros le lanzaba peras desde la rama más alta directamente a la nuca. Papito Vargas nunca sospecho sino del viento.

¡Me contaste tantas cosas! ¡Y yo ya no sé lo qué hice ayer!

Mis recuerdos son contados sueños en tonos pasteles; la mitad de ellos creo que nunca fueron reales sino imaginaciones nocturnas en el limbo, vivo más tiempo en lugares que no estoy y así se explica; Los sentimientos pasados son joyas devaluadas que quedaron en un cajón del que perdí la llave; Los amores personas a las que conocí tanto y que hoy son extraños tan extraños que no extraño; Las demás personas pasajeros de esta micro con destino a donde ni uno de ellos iba; Los amigos compañeros de teatro, a veces protagonistas, de pronto antagonistas y un día mutis; Los días son hojas escritas que se meten en el costado izquierdo del forro color rojo del cuaderno de lenguaje; Los rencores picazones, las picazones cicatrices, las cicatrices un indicio de... Sí, aprendí, pero ¿qué fue exactamente lo que pasó? Bien o mal, bloqueo sucesos que me dañan, silencio diálogos y altero el orden de causas y efectos. Cada quien se alivia como puede me digo mientras edito y aplico fade out a todo el track.

Tantos nudos en esta teleserie, no podría recordar cada capítulo, pero... ¿Tan aguada es la tinta de mi bitácora? ¿Tan etéreo mi paseo? ¿Tan poco me importa lo que hice y fui? ¿Me recuerdan? Yo no. No me culpen por favor, quisiera ser siempre la misma y llorar con las canciones, aunque cuando veo el odio en los ojos de Mónica Aros al hablar de quien me juró matará, pienso que quizás es un regalo ser así; No recuerdos, no sufrir, no rencor, no melancolía, no nostalgia, no mirar atrás (por ciega, no por voluntad)... No soy fuerte, sólo tengo la facultad de olvidar. El presente es mi cómplice más real, existe solo y yo existo sólo en él y eso es lo único cierto, me entrego por completo al hoy, no es pasión ni locura, es que si no lo hago, no vivo. Ayer ya me fui y mañana no estaré.

¿Hola?





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1 comentario:

Rodrigo dijo...

Yo casi nunca olvido
para mi todo es tan importante en lo que soy ahora, que me cuesta. lo malo me sirve y lo bueno me sirve de la misma forma.



Nunca olvido cuando estuviste para mi, por tu esencia de buena y tu carácter de estricta perfeccionista(opinón personal)


pienso que tb debemos hablar