miércoles, 14 de octubre de 2009

Naranjas


El cielo blanco nos recordó que la noche empezó negra sobre esa banca gris que reservaste sin consultarme a un costado del río Rosas, escuchó todas esas preguntas que no me hace nadie más que tú. Nos vió robar agua y chocolate, botar humo y vaho, contarnos lo que no se suele, lo que ya no duele. Mientras la ciudad dormía despertábamos a un ti y un mi, adormeciendo con Valpax un nosotros, ¿Y acaso importaba? Por la presión el clima no era aún favorable según tu barómetro ¿Y así y todo emprendiste vuelo por la ciudad para aterrizar aquí y a éstas horas? ¿Las razones? En el aire y perceptibles, como las pelusas de tu bufanda, como los colores de mi pañuelo.





M. Antonieta.

1 comentario:

Mary dijo...

usted está loca :) y yo desde la experiencia le puedo decir que así se vive mejor :)