viernes, 3 de junio de 2011

Undertaker

Siento convertirme en roca, desde el ombligo, hacia las puntas. Veo mi corteza. Soy una cáscara de maní abierta rebalsada de agua, recibiendo el reflejo del espejo de un sol. Amarillos, naranjos y blancos. La arena que me cubre hasta el cuello calienta la aureola de los pezones. La ineludible condición. La memoria de la vajilla, de los tenedores ocupados. La sangre que corrió con urgencia de sobreviviencia choca manchando la cama. La reacción que llegará golpea. Golpea todo. Pidió una hoja para trazar una ralla que corte, pero tengo claras algunas cosas que carecen de sentido. Me niego. Subo el cierre y camino. Me acuesto, lo bajo. Es insostenible no descansar jamás, pensarse vacío, estar lleno. Es invivible. Vienen diez que encontrarán diez. Lejos de ser justo, nueve mueren. El mapa está roto y en arameo. Además, el anís les gusta solo si ven que lo guardan aparte. La vanidad de tener un problema. Después de cruzar el límite lo difuso aleja sin tiempo. No querrían estar siempre allí. Me hago la ausente porque solo de escribirlo la curiosidad se relame. Cuidado con el perro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AMIGA SI ES POSIBLE..COMO SUMA URGENCIA YO TE PIDO QUE SALGAMOS UN DÍA DE ESTO Y NOS FUMEMOS UNOS CIGARROS Y HABLEMOS AUNK SEA UN RATITO, DESDE MI REALIDAD ASFIXIANTE HASTA LA TRANQUILIDAD PLIS!..BERNY