jueves, 18 de febrero de 2010

En sepia



No sé si fue el frío, el cigarro o tú, pero me sabe a aquélla noche naranja en que fuiste a buscarme en madrugada para recorrer la ciudad a la intemperie e hicimos seguramente lo que nadie hacía, ni a esas horas muertas, ni con ese frío doloroso, ni con ese amor inminente; conversar horas bajo condiciones adversas sin el menor roce de nuestros cuerpos, desnudándonos, hablando de lo que al resto le arropamos, ¿habrá sido por la sensación de sentirnos únicos habitantes en el mundo? y digo únicos y no solos, porque esa noche supimos que no lo estábamos.



María Antonieta.

No hay comentarios: