miércoles, 3 de febrero de 2010

Slow like honey

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"Te movías como la miel en mis sueños anoche.
Sí, algunos viejos fuegos se quemaban.
Viniste cerca de mí,
e hiciste que te ame.
Pero no podías discernirme totalmente..."


La noche, de costumbre absoluta, inminente y eterna, le aparece como escenario a medio mundo rebalsándolo todo; inertes y vivos se tiñen de azules matizados al negro, haciendo nacer faroles que iluminan nada para la mujer que avanza por la calle cercana a la vereda donde nacen perros y gatos. Nace también allí su úncia alma visitante, no hay más en esta calle, y aunque las hubiera; la vida es sólo muerte si no hay amor.


"... ¿Eso te asusta?
Te dejaré ir,
Pero no puedo obligar a tu corazón.
Tú me recordarás como una melodía.
Sí, frecuentaré tu mundo interior..."


Su caminar es cadencioso mientras que los vivos durmientes resoplan totalmente ingenuos al pasar huracanesco de ella y su caos por tan pequeña callecita que, hasta ese momento, incluso a las potestades del infierno les parecía que era calle principal. La ignoran por defecto. Le parece bien. A ella le agrada la tan temida soledad. Así puede caminar más lento. La sensación de libertad es abrumadoramente tierna, ¿o será sólo la candidez lunar? De cualquier forma por sentirla no exagera, simplemente se remite a lo necesario; no siendo esto caminar y respirar, sino caer en el éxtasis del minuto presente, matando sin velorio crueles fantasmas y oníricas proyecciones.


"... Y mi gran secreto te va a ganar.
Lento como la miel, pesado con humor..."


La luna arriba parece mostrarle el camino por sobre sus hombros, pero ese no es el que está caminando en realidad, sólo la ausencia de color podría confundirla a creer que es el mismo y ambas lo saben. Nadie ha visto más locura y tristeza que la luna. El alma mira hacia atrás en lo alto, como saludando al pálido astro y cuando devuelve la vista al cemento, un rayo plateado le cruza las pupilas para volver a hundirse en azules matizados al negro. Es como estar en medio del mar, piensa.

"...Te dejaré verme,
codiciaré tu respeto,
invadiré tu comportamiento
y me cederás como la escencia en la brisa
y te preguntarás que es de mí..."


Parece una escenografía, eso imaginaría ella si pudiera sentir la grandeza de su alma quizás. Pero esta noche no. Piensa que está dentro de una maqueta escolar. Casas hechas de cajas de fósforo forradas en papel lustre y asfalto de plumavit pintado con tempera ploma. Se siente una muñeca articulada, pequeña y coleccionable. El pinche en el pelo y la falda le ayudan a creérselo. Pero podría ser un palito de helado o una sombra también. Camina como cualquier cosa extraña pero aparentemente tan conocida.

"... Es mi gran secreto,
que te seguirá atrayendo.
Lento como la miel,
pesado con humor..."

Le canta a otra alma, que nauseabunda también le debe estar cantando en otro lugar, bajo la misma luna de los tristes locos. Y es la estupidez más grande que ambos se canten y no se escuchen, piensa la luna. El alma de ella cree que el problema es justamente este; él sabe que ella le sigue cantando y también sabe que ella sabe que él también le está cantando. El alma de él confía en el coro a dúo, en las canciones que conocieron juntos y pierde cuidado ¿Puede culparlo a él si la inmensidad del océano hace que nadie cuide el arrojar una colilla de cigarro en sus aguas? Pero podría ser un tanque de guerra o hectolitros de petróleo también. Él le camina por su deseo como cualquier cosa extraña pero aparentemente tan conocida.

"... Aunque los sueños puedan engañar,
como las caras a los corazones,
que sirven para relevar lo dulce.
Cuando la fantasía y la realidad
mienten demasiado lejos..."


Y es que las penumbras y el silencio son los que siempre traen a la luz los horrores y gritos que esconde el día. Día tras día. Hace cuánto tiempo ya. Pero no está pensando en aquéllo. Lo odia, pero sin odio, y es lo peor que le podría ocurrir a su alma saturada de aberración que tropieza con ausencias que cortan el aire y llenan el pensamiento sin proponérselo. Es más, suele irle todo contra su voluntad. Menos mal no se ha propuesto vivir.

"... Así que me estiro a través,
como un puente,
y te impulso hacia la cornisa,
y mientras esperamos,
tratando de lograr el final,
para satisfacer la historia,
¿Te liberararé?
¿Debo liberarte?
Mientras me elevo
para encontrar mi gloria..."


¿Debo liberarte? le pregunta mientras camina, cantándole con una devoción que está lejos de merecer y más lejos de sospechar. ¡Pero la libertad es abrumadoramente tierna! La perdona sin siquiera pedírselo extendiéndole sus brazos maternales. Nadie ha sabido más de tortura que la libertad.


"... Pero mi gran secreto,
Se irá asomando sobre tu vida.
Te voy a mantener a mi alcance,
Cuando me vaya como ayer.
Cuando soy alta como el cielo.
Cuando soy fuerte como música.
Porque soy lenta como la miel,
pesada con humor..."


La humedad se le mete por entremedio de los hilos de la chaqueta y le recuerda que no está en una maqueta, que no es una muñeca coleccionable y que el paseo y la noche se terminarán pronto y con ella su estado de indulgencia. Se concentra en no pensar como un adulto y lo logra, fácil, pero no se complace por ello. Recae en el éxtasis del minuto presente, matando sin velorio crueles fantasmas y oníricas proyecciones. Decide entregarse al mundo como recién saliendo del útero, inmensa al entender que todo el caos que le avanza atrás de si como un carretón abarrotado de cajas selladas al vacío de preguntas, teorías y desilusiones, se debe solamente al milago que otros le llamarían amor, pero que ella no sabe si quizás debería nombrar como odio, por lo que contaba denante, es lo peor que le podría ocurrir. Así que no le pone etiqueta, y ya basta, sólo lo siente, como venga, sin dosificar, hasta el fondo y luego hacia el infinito, entre vitamina y veneno, olvidando, sumisa al dolor, todas las paredes que pertenecen a la normalidad del mundo y sus rencores. Créanlo o no, luego de hacer esto, encuentra paz.







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1 comentario:

Sarah dijo...

Creo que las canciones contienen un insight que yo jamás podré realizar, hablan de una universalidad que todos podemos comprender, aunque no tenga el mismo significado transversal.
Pero aún sirve para etiquetar eso que no encontramos palabaras para.