domingo, 28 de febrero de 2010

La inmortal de los mortales


Conocida por desconocida,
justa por injusta,
cierta por incierta,
última por primera.

Nos sigue,
a todos,
basta el sólo hecho
de ser un todo.
No por cobarde pero
va por la espalda,
de unos cerca,
de otros más lejos,
ignoramos la distancia
hasta que respira
y nosotros no.

Nunca más se va,
porque por los otros vendrá más tarde,
y nadie está tan solo
como para que no lo llore alguien.

Podemos extrañar lo que no vuelve,
y allí reside todo, todo el dolor.

¿Pero que sería de la vida
si ella no existiera?

Puta musa insoportable
que condena al arte a existir,
y somete a los hombres
a la búsqueda,
donde se encuentran
aunque no encuentren.