Y a quién me vuelva a decir loca,
le voy a contestar que eso era antes.
En un descuido del oficio,
me hice cuerda...
o hice una cuerda...
o somos una cuerda...
No sé.
Lo que sí, varía.
Porque depende, siempre.
Y en eso reside toda la gracia,
de lo que soy o haga.
Si va dulce estará entre mis manos,
una en cada una, yo sentada en la tabla,
como niña.
Si va agrio estará en mi cuello,
apretando, yo colgando,
como muerta.
Y si es agridulce, como suele,
estará bajo mis pies,
en altura, yo caminando,
como loca.
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