Erupo, sigiloso, se acerca a la espalda de Nola, su compañera de clase que figura sentada metía en la suya. Ya atrás de ella, Erupo deja caer sus manos sobre los hombros descubiertos de Nola.
Nola: ¡Noo poh Erupo! ¡Qué hueá!.. Tienes las manos heladas.
Erupo: Ayy, pero qué onda...
Nola: No, de verdad. Córtala.
Erupo: Yaa... Cuática. Mira... ¿Cómo le hago lo mismo a Bianza y no dice ná?
Bianza: Jaj, no, es que... No están heladas tus manos en realidad...
Erupo: De hecho... Sí... Oye Nola... Mis manos no están heladas.
Nola: No, no están heladas, es más simple... No te soporto.
1 comentario:
wuajajajajajja
pobre erupo.
yo tampoco lo soporto, y menos sus manos heladas.
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