viernes, 30 de julio de 2010

Mecedora en el mar



A mis nietos les contaré
que en esta vida fui Pirata;
tuerta y con pata de palo.

Me aventuré sola
en mares lejos de la cocina,
buscando un tesoro
que me pertenecía,
porque lo había soñado
doblón por doblón.

Tuve siempre tan poco que perder.
Fui nadie, y así, todo era algo para mí.

El ojo lo perdí de un balazo.
Un pirata me disparó por ofenderle.
Desde ese día
asumí consecuencias,
contesté con silencios
y medí mis palabras.

La pierna la perdí besando a un marino.
Mientras disfrutaba de su beso
sacó el sable que escondía y me mutiló.

La pata de palo,
firme y evidente,
no fue tan mala;
ahuyentó a los marinos
que no veían más allá
de mis defectos.

Sólo un hombre
miró mucho más lejos,
allá dónde nada es seguro,
donde no logran ir todos,
y me encontró
mirándolo a él.

Desde ese día
navegamos nuestro propio barco.
Ese hombre, es su abuelo.

A mi nietos les contaré
que fui ésta
si termino siéndolo.

Sino, también.
que más da si

Todos acomodan su pasado.




No hay comentarios: